Descripción
Raimon Panikkar utilizaba frecuentemente la metáfora del “agua de la gota” para expresar la capacidad ilimitada y universal contenida en la experiencia humana singular: todos nosotros somos como una gota que, en su fragilidad, se desvanece. Sin embargo, el agua que contiene nunca desaparecerá, puesto que pasará a formar parte del vasto océano de la Existencia.