Descripción
Dado que la capacidad para encontrar una realidad estética es la forma central de la percepción humana, el significado existencial y cultural de la experiencia estética sólo puede ser comprendido si se unifican la estética y la filosofía del arte, separadas en las últimas décadas tanto por la filosofía continental como por la filosofía analítica. Es ése el objeto de esta obra, en la que Martin Seel postula que la estética no comienza con los conceptos de ser o de apariencia sino con el de aparecer. El aparecer -señala- revela la realidad que comparten todos los objetos estéticos, por muy diferentes que puedan ser en otros aspectos. Desde esta perspectiva, percibir las cosas y los acontecimientos momentánea y simultáneamente, tal como aparecen ante nuestros sentidos, representa un medio genuino de experimentar el mundo. Y la conciencia que así emerge es una facultad antropológica central: al percibir la insondable particularidad de algo dado a los sentidos se obtiene una percepción del presente indomeñable de nuestra existencia. La atención al aparecer es por tanto al mismo tiempo una atención hacia nosotros mismos.