Descripción
¿Qué son? ¿Quién las crea? Y, sobre todo, ¿con qué propósito? En las redes sociales encontramos, a diario, imágenes y vídeos manipulados, teorías de la conspiración, deepfakes y bots que nos la intentan jugar. Y, por si fuera poco, podemos ser cómplices sin saberlo y contribuir al caos de la desinformación, pues carecemos de las herramientas necesarias para verificar qué es cierto y qué es mentira. Pero ¿y si evitar que nos tomen el pelo es más fácil de lo que crees? Vivimos tiempos convulsos en el mundo de la información. Los jóvenes de hoy se enfrentan a un torrente de fake news y noticias no contrastadas a las que acceden desde sus smartphones o reciben a través de sus perfiles en redes sociales. Es de vital importancia aprender a discernir la realidad de la ficción o de las propuestas malintencionadas para ayudar a esos chicos y chicas a tener su propio criterio y convertirse en ciudadanos críticos. Con ese objetivo la periodista, investigadora y docente invita a verificar y poner «en cuarentena» los datos que inundan nuestras pantallas, mediante este manual de educación mediática en el que cuenta con la inestimable ayuda de Alberto Montt, que aporta una serie de ilustraciones caricaturescas, en la línea de anteriores propuestas, diseñadas expresamente para acompañar cada análisis. A través de juegos, sugerencias lúdicas y, especialmente, un decálogo de «descontaminación informativa», sin adoctrinamientos ni fundamentaciones aburridas, aclara la abundante terminología, en su mayor parte vocablos anglosajones, que rodea a los adolescentes de hoy, y lo más importante, a tomar una determinada actitud ante las cosas que leen sobre las noticias de actualidad. Hay espacio para las teorías de la conspiración, un repaso a las grandes mentiras de la historia, los tipos de sesgos a los que estamos sometidos, los métodos de verificación, el «método Pantera», las «tres W», las pautas para identificar redes de bots… Ideas que contribuirán, sin duda, a prevenir también algunas de las lacras que siguen denunciando en sus entornos cotidianos, como el ciberbullying o el acoso de trolls en los comentarios a sus publicaciones. Imprescindible.
