Descripción
El 29 de mayo de 1475, en Plasencia, tras haber sido obedecida como legítima sucesora dos meses antes, Juana, nieta de Juan II, hija del rey Enrique IV y sobrina de Isabel, fue proclamada reina de Castilla y León. Entonces estalló abiertamente una guerra sucesoria que había sido largamente fraguada y ensayada.